La danza árabe. Este baile, también conocido como la Danza del Vientre, tiene una gran tradición en el Medio Oriente y África del Norte. Está relacionado con la fertilidad. Algunos atribuyen su origen a las danzas del antiguo Egipto, otros señalan que los gitanos y pueblos de origen hindú lo extendieron.
La atención de este baile se centra principalmente en la cadera y el vientre, alternando movimientos rápidos y lentos y se enfatiza en los músculos abdominales, con movimientos de pecho y hombros, así como con brazos serpenteantes.
Los movimientos ondulatorios, rotativos, que por lo general son lentos simbolizan la tristeza; en cambio con los movimientos rápidos la bailarina expresa alegría.
La danza árabe es apropiada para todas las edades y se le han atribuido múltiples beneficios para la salud. Con este baile se pueden quemar alrededor de 300 calorías por clase, además de constituir una forma divertida de hacer ejercicios, a la vez que agudiza el oído musical y el ritmo.
Se trata de un excelente ejercicio cardiovascular, ya que activa la circulación, ayuda a volver la firmeza del abdomen, moldea la cintura, mejora la coordinación motriz, así como la flexibilidad y la fuerza, enseña a mover varios músculos de forma independiente, aumenta la autoestima y fomenta la aceptación del cuerpo.
La danza árabe, además de realizarse en ceremonias religiosas, ayudaba a las mujeres a prepararse para el parto. En la actualidad, algunos médicos la recomiendan antes y después del alumbramiento, debido a que devuelven el tono muscular en la región pélvica.
También resulta un buen ejercicio para las piernas, brazos, hombros y tronco. Este baile también ayuda a mejorar la postura. Los ritmos comúnmente escuchados durante la ejecución de la danza son, entre otros, maqsum, baladi, saidi, masmoudi, fallahi, karatchi, samai, y ayub.
resulta un buen ejercicio para las piernas, brazos, hombros y tronco.
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